Un hincha en llamas: El lado B de la derrota en la Pintana

Rangers no son tan solo 11 camisetas en sus 120 años de vida. Es mucho más que eso. Identidad, arraigo, fiel hinchada, hitos deportivos e historias que muchas veces se recuerdan o quedan en el tintero y pasan al olvido.

Este no será el caso de Lucas Castro Orellana, un fanático rojinegro de años 9 años que este sábado asistió al partido en La Pintana donde Rangers perdió ante Santiago Morning por 3 goles a cero.

Será una tarde triste en el recuerdo deportivo, que suponemos olvidará debido a que su corazón quedó empapado de alegría al recibir una retribución que no esperaba: El reconocimiento y afecto de los jugadores de Rangers que, pese al mal momento, respondieron con gestos dignos de aplaudir.  

“Hoy fue un día de dulce y de agraz, fuimos con mis hijos y hermano a ver a Rangers después de más de 3 años, cuando vi entrar al equipo se me cayeron unas lágrimas, la emoción de los 4 era tremenda. La derrota caló hondo, el más pequeño de mis hijos estaba muy triste”, señaló en su cuenta de Twitter Pablo Castro, un reconocido hincha de Rangers que vive en la capital.

Y es que tal como él se ha identificado con los colores rojinegros, ha llevado a que sus hijos conozcan parte de la historia y sientan ese mismo amor.

“Lo único que calmaría su pena era conseguir autógrafos de los jugadores, no paraba de llorar… un @Carabdechile de la Pintana de apellido Sotomayor sin piedad nos echó y fue poco empático ante el llanto de mi hijo, mucha gente lo increpó y le dio lo mismo”, señalaba en parte de su relato que fue publicando en redes sociales y que quisimos rescatar.

Más tarde escribió: “Luego Caminamos a esperar a los jugadores, pedimos permiso a una guardia que gentilmente nos autorizó a pasar, luego de eso Lucas comenzó a vivir el mejor día de su vida como dijo él, no paraba de llorar, nos acercamos a @sergiofelipe210 el cual muy gentil logró contenerlo”.

De eso fuimos testigos cuando se desarrollaba el trabajo periodístico postpartido en la zona intermedia de vestuarios y estacionamientos.

El relato va más allá. Señala que el mismo Sergio Felipe, ayudó a conseguir algunos autógrafos para el pequeño, cuestión que le ayudó a pasar un poco la pena tras la fea derrota de su club amado, siendo uno de ellos el argentino Federico Illanes.

Sorpresa gigante fue cuando el “Fede”, tras firmar su libretita de autógrafos, le regaló su camiseta. Las lágrimas de tristeza se mezclaban con las de emoción a esas alturas.

Luego, más jugadores le dieron su autógrafo, logrando reunir 14 para uno de los mejores días de la vida de Lucas. “Que emoción ser de Rangers, esto rara vez lo deben vivir los niños hinchas de otros equipos”, decía el pequeño, mientras su padre advertía: “Ojalá la inocencia y emoción de Lucas logré que los jugadores nos lleven a Primera. Gracias muchachos por hacer feliz a un niño que con su inocencia estoy seguro emocionó a más de alguno de uds y varios hinchas que lo vieron sufrir y llorar, fue el mejor día de su vida”.

Y claro, lejos de la situación en la cancha, de lo dirigencial y del complejo escenario que se vive en la interna de Rangers, según denunció el propio técnico Eduardo Pinto en la previa de la llegada de su reemplazante en el banco, es justamente eso lo que el cuadro talquino posee como patrimonio propio: la relación con la gente y su hinchada.

Lucas es uno más de los cientos de hinchas que sufren con el rojinegro, pero que de vez en cuando tiene una satisfacción.

Él no ha visto al equipo en primera, sabe más de sufrimientos que alegría, pero al menos tuvo una personal: “Te juro que me corrieron lágrimas al escucharlo”, concluyó el papá.

Los otros hinchas, lamentablemente, han de esperar por ya cerca de 10 años un festejo en lo deportivo. Capaz que este año tampoco sea.

Finalmente, y ya más normalizado el latir del pequeño corazón de Lucas, este domingo afirmó que “la experiencia de poder conocer y compartir con algunos jugadores de mi equipo favorito fue grandiosa, a pesar de estar muy triste por el resultado y por el trato recibido por Carabineros, me emocionó la cercanía de los jugadores. Me lograron contener y luego de ello siento que viví el mejor día de mi vida, pude recolectar 14 firmas en mi libretita y recibí un regalo que guardaré como un tesoro gracias a la camiseta del gran Federico Illanes. El día de ayer será un día difícil de olvidar, y hoy aún sigo con la emoción a tope”, remató el pequeño Lucas.

Nada más que agradecer el gesto de los jugadores, varios de ellos extranjeros, como el caso de Felipe, Abalos o el propio Illanes, quienes demuestran en varios momentos una gran identificación con los colores rojinegros y la hinchada de una institución próxima a cumplir 120 años de historia y tradición.