LUCHITO MACAYA: 21 DE MAYO VE PARTIR AL GRAN PATRIARCA

En una carroza inmaculada pasó por última vez frente a la sede social de su amado Club Deportivo 21 de mayo, don Luis Macaya Barahona al iniciar su Pascua destino al Cielo.
Ahí en donde tantas veces compartió la alegría y el sentimiento de aquél motivo tan especial del apego a la institución que le llenó de regocijo su vida.
El sentido de “ser veintiunino” tal cual lo dijo su Presidente Alexis Pino al despedirlo rumbo a su última morada “para nosotros Luchito Macaya es un estandarte. Es una de las figuras más importantes que ha tenido la ciudad. Salimos todos a despedirlo”.
Con pétalos de flores fue recibido en su tránsito hacia el descanso eterno y con dos niños de las divisiones inferiores, rindiéndole el merecido homenaje a un hombre justo y que dio todo por los colores rojo y negro.
Para el concejal del deporte Sixto González Soto, otro reconocido veintiunino, se ha ido el gran patriarca “para nuestro club, don Luis Macaya Barahona es un símbolo de honestidad, transparencia, trabajo, esfuerzo y dedicación. Un formador de nuevas generaciones de dirigentes y jugadores. Él fue un guía, un patriarca. Estaba preocupado de los detalles de llevar los banderines, ver las falencias, indicar cuáles debían ser los encargados de serie, decir en qué se estaba fallando, etc. Siempre preocupado de todos y con una entera capacidad de discurso para alentar a los socios a seguir adelante. Estamos muy agradecidos de lo que hizo por nosotros y vamos a tratar de seguir su ejemplo”.
Una cerrada ovación de los deportistas y los vecinos de la noble institución de Calle Nueve Oriente, saludó el paso de la caravana hacia el Camposanto.
La ciudad se conmovió con la partida de Luis Macaya Barahona, fundador de los Clubes Unión Purísima y América FC, historia en el Club Deportivo 21 de mayo y en Canadela, noble y servicial trabajador y dirigente sindical en la antigua Jarza y reconocido vecino del Barrio Abate Molina.
Con voz entrecortada, el ex – Presidente del CD 21 de mayo, Luis Sepúlveda expresó que “estoy muy emocionado. Lo conocí de toda la vida. Era un ser de otro tipo. Educado, caballero y siempre entregando armonía. Ha sido un golpe muy duro para nuestro club. El sábado compartimos la fiesta de la tercera edad. Bailó y disfrutó. Participaba como un verdadero niño con nosotros. Me dijo que me preocupe de los 75 años que vienen. Las bodas de diamante. Luchito me entregó esa misión antes de partir a descansar”.
La comunidad participó de una santa misa en su memoria en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús para luego iniciar el camino doloroso hacia el campo del silencio y la oración.
Ha partido a los 92 años, uno de los actores sociales más reconocidos de la ciudad, dejando una gran tarea para quienes tendrán que asumir aquellas que él con tanta humildad les enseñó.