LA VIDA EN VERDE FLORECIÓ PARA NUEVA ABATE MOLINA

Globos, pitos y un gran lienzo distintivo con el tradicional verde colgando desde la malla olímpica, identificaron después de 22 años de ausencia el regreso del Club Nueva Abate Molina a la Cancha Costanera.

De aquellos héroes anónimos, no quedan muchos pero los que están mantienen la lealtad.

José Fuentes se acordó de ellos “gente antigua como nosotros, ya no quedan. Muchos no juegan y otros se han ido. Me acuerdo cuando nos veníamos equipados de nuestra sede en Bolivia 400. Era bonito llegar a un camarín donde nos tenían los equipos en bolsitas de nylon, nos daban las instrucciones y nos caminábamos todos juntos hasta la cancha”.

Han pasado los años pero el espíritu de esta noble institución se mantiene vivo y con fuerza.

Cada una de las series infantiles, seniors y adultos cuenta con su implementación deportiva y lo más importante, con capital humano que les permite enfrentar los ordenados torneos de la Asociación de Fútbol Amateur – Talca.

El profesor Ernesto Gajardo rememoró aquellos tiempos felices “lo tratamos días antes de jugar con O´Higgins… que hacía bastante tiempo que no jugábamos en Costanera. Es verdad, nos veníamos vestidos desde nuestra sede. Tenemos un acercamiento sentimental a esta cancha. Este fue un día distinto para nosotros. Detrás de lo que hacemos, hay mucho cariño”, contó.

Una de las principales misiones de los encargados de serie es traspasar estas experiencias de vida a las nuevas generaciones.

Que se sientan empoderados con su institución.

Mientras se hacían estos recuerdos, los equipos infantiles de Nueva Abate Molina se medían al Juventud O´Higgins.

La tercera infantil ganó 1 a 0; en segunda infantil cayeron 0 a 4; en penecas se impuso la N.A.M. por 6 a 4 y en la primera infantil golearon 4 a 1.

La fiesta del retorno a la Cancha Costanera se completó con igualdad 1 a 1 en Primera Adultos, triunfo 1 a 0 en Seniors-35 años y boleta 6 a 0 en serie de Honor, en un cierre soñado para una jornada histórica que vivió la comunidad de aquél club.

Para su Presidente Manuel Umanzor “es un gusto haber vuelto a esta Cancha. Es motivador. Los mismos pasos, las mismas cuadras y el mismo lugar. Fue un despertar de mucho entusiasmo. Esto es muy motivante. Tenemos que contarles a nuestros niños que aquí nacimos…”

Lo que sí se conserva es la antigua sede social del Pasaje Bolivia 400.

Un espacio para el compartir y la fabricación de sueños.

Es la vida en verde.

Un retorno nostálgico que marcará un antes y un después en este caminar nómade que ha tenido el Club Nueva Abate Molina durante los años de exilio forzado.

El destino quiso otra cosa con ellos, aunque el espíritu y la dignidad son mucho más fuertes que los designios que les ha deparado la vida.