
LA PSICOTIPOLOGÍA EN LA VEJEZ
Capítulo III
El Ministerio Secretaría General de Gobierno a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social Regionales, Provinciales y Comunales Concurso 2018, permite a nuestro portal www.gigantedeportivo.cl financiar el Proyecto “Psicología del Deporte en el Adulto Mayor”.
La idea es orientar a nuestros distinguidos lectores en cómo cultivar un mejor trato para quienes forman parte de la familia como pilar fundamental.
En este capítulo se identifican los psicotipos que pueden identificar en un colectivo de ancianos, unos adaptados y otros no adaptados a la vejez (*Jiménez Herrero).
Psicotipos adaptados
- Los maduros se muestran bien adaptados en las relaciones con los demás e integrados al medio en que viven, controlan sus impulsos, son activos y en forma habitual expresan satisfacción con la vida y con ellos mismos.
- Los caseros pasivos y dependientes están contentos de estar jubilados y no tener grandes responsabilidades, no se muestran satisfechos de su trabajo anterior y suelen mostrarse adaptados a su nuevo “estatus”, ya que les permite cubrir mejor sus deseos de inactividad.
Psicotipos inadaptados
- Los irritables, que constituyen ser habituales “cascarrabias”, gruñones y frustrados o agudos y amargos. Le reprochan a los demás sus fracasos y son desconfiados. Poseen baja autoestima y se sienten incómodos.
Tipología de las actitudes en la Vejez
La actitud que más comúnmente se prolonga en las sucesivas etapas de nuestro crecimiento es el “egocentrismo” de la niñez y de la infancia.
Este egocentrismo genera diversas manifestaciones que se resumen así:
El Vedette
- Busca la admiración por la admiración, la fama y popularidad es sinónimo de superioridad. Alardea, exagera, miente, hace comedias con tal de ser visto y tomado en cuenta. Cuando no tiene público se siente deprimido y apagado.
- El vedette vive sujeto a las opiniones de los otros. Se deprime cuando le han criticado y ridiculizado, como también se exalta cuando se siente elogiado.
- Su personalidad tiene poco fondo. Por eso trata de revestirse de formas, entendido fama, dinero, admiración y popularidad. Poco a poco su rostro se va tornando en fachada hecha de grandilocuencia y engreimiento.
El Nerón
- No le importa brillar, sino gobernar e imponer. Su máxima emoción es “manejar” los acontecimientos y las personas. Saber que se hace lo que él ordena.
- La imagen de su yo es el conquistador César, Napoleón, Hitler, entre otros personajes. Su máxima pesadilla es descubrir su debilidad. Saber que alguien es más fuerte que él.
- Busca el influjo social para decidir. Los demás deben aceptar su superioridad y sentirse menos que él. Siempre se hizo su voluntad, sus padres fueron los primeros súbditos. ¡Jamás se le privó de un capricho!
El Menino
- El menino vive de la compasión de sus amigos. Engendra compasión exagerando sus sufrimientos o inventándolos. Cuando más compasión busca, más se alejan los amigos. Roto este círculo, toda la vida del menino no puede convertirse en alegría.
- La imagen de su yo es, por lo general, del “bebé” abandonado y desprotegido. Su pesadilla y desprotección. Su pesadilla es quedarse sin protectores.
El Quelonio
- Busca la soledad y las molestias, metiéndose dentro de su propio caparazón. Se oculta de su propia impasibilidad y renuncia al mundo asumiendo la actitud de la zorra ante las uvas.
- No se preocupa de él y, entonces, se encierra cada vez más y se aísla. La imagen de su yo es la de Diógenes en su tonel, es como un cuarto oscuro.
Si tienen éxito en esta tarea, habrán desarrollado la integridad del ego. La integridad del ego sólo puede obtenerse tras haber luchado contra la desesperación. Cuando ésta domina, la persona teme la muerte y, aunque pueda expresar desprecio por la vida, continúa anhelando la posibilidad de volver a vivirla.
Cuando impera la integridad, la persona posee la fuerza propia de su edad, que es la sabiduría. Con la sabiduría el adulto sabe aceptar las limitaciones.
El adulto sabio sabe cuándo aceptar el cambio y cuándo oponerse al mismo, cuándo sentarse en silencio y cuándo luchar.
El paso a la tercera edad no pone fin a la generosidad de una persona, a medida que la categoría de las personas mayores aumenta, éstas permanecerán implicadas en los asuntos del mundo durante mucho más tiempo.