
HISTORIAS ROJINEGRAS: “El día que COLO COLO vino a Talca a buscar el subcampeonato”
El Torneo de 1965 y sus éxitos para los “Guardianes” de Talca como vimos las semanas anteriores ya eran historia. El desarrollo del Campeonato de 1966 fue magro para Rangers, y el torneo terminaba con los del Piduco de la medianía de la taba hacia abajo, el otrora potente equipo aun de la mano de Adolfo Rodríguez no logró reeditar sus laureles y era hora quizás de empezar un nuevo proceso, el recambio necesario y surgimiento de valores nuevos cuando se cumplen determinados ciclos. Sin embargo, buena parte de sus figuras mantenían prestigio y presencia goleadora al finalizar el campeonato, como es el caso de:
GOLES | JUGADOR | CAMPEONATO 34 FECHAS |
18 | JUAN SOTO MURA | |
17 | HECTOR EMILIO SCANDOLI | |
14 | JOSÉ “PATO” LAGOS | |
5 | HECTOR BARRÍA | |
4 | ELVIO RICARDO PORCEL DE PERALTA |
Y el cierre del Campeonato se jugaba en Talca frente a Colo Colo que en la última fecha del torneo aspiraba a obtener el subcampeonato y acompañar a la Universidad Católica a la Copa Libertadores de América.
«Si Colo Colo quiere los dos puntos, tendrá que correr, chocar y sufrir mucho para conseguirlos». Esa era la disposición del rojinegro, envalentonado por el contundente 7 a 1 que le propinó a Ferrobadminton en la fecha anterior lapidando así la suerte de los ferroviarios que ese año perdieron la categoría, sin embargo Colo Colo en lides finales siempre es un equipo potente y de temer. Pero Rangers en este partido final también quería redimir a su público que de manera fervorosa y fiel, le apoyaba de manera incondicional, en ese contexto llegamos a esa tarde noche del sábado 14 de Enero de 1966, en los tórridos veranos en las cercanías del emblemático Río Claro.
Estadio Fiscal de Talca. Sábado 14 de Enero 1967
Público: 23.307. Recaudación: E° 38.801,80.
Arbitro: Carlos Robles.
COLO COLO (3): Simón Kuzmanic;
Oscar Montalva, Humberto Cruz y Oscar Clariá; José González
Eladio Rojas y Walter Jiménez,
Mario Moreno, Francisco Valdés, Elson Beiruth y Víctor Zelada. DT.: Andrés Prieto.
RANGERS (1): Ildefonso Rubio;
Guillermo Medina, Iván Azocar y Miguel Díaz; Sergio Velasco.
Juan Cortés; y Porcel de Peralta,
Osvaldo Rojas, Juan Soto, Héctor Scandoli y José Lagos. DT.: Adolfo Rodríguez.
GOLES 1° Tiempo: a los 20′ Moreno, a los 42′ Valdés, de penal;
GOLES 2° Tiempo: a los 34′ Clariá, autogol, y a los 38′ Beiruth.


COLO COLO fue a Talca a buscar el subcampeonato. Cuando la intensa jornada sureña se vaya olvidando, la estadística dirá que consiguió su objetivo. Pero para quienes estuvimos al borde del pasto, siempre habrá algo más que los dos puntos, más que la victoria y más que el subtítulo. Porque los albos fueron también a luchar contra sí mismos. A luchar contra sus propias flaquezas, contra su propia debilidad. Más que de piernas cansadas y de mentes afiebradas por la circunstancia y por una campaña sufrida, el triunfo se estructuró sobre la presencia de ánimo y el vigor interior de un grupo de hombres que supieron hacer aflorar un temple extraordinario al final de un camino que les fue siempre ingrato y traicionero. Porque esa noche talquina tuvo sabor a gesta para el nuevo subcampeón. Y a ratos, el brillo de lo espectacular. Allá, en la noche calurosa a orillas del Piduco, había desde temprano clima de fiesta y de guerra. La afición local se preparó a ver algo grande. En la atmósfera parecía respirarse una consigna: «Si Colo Colo quiere los dos puntos, tendrá que correr, chocar y sufrir mucho para conseguirlos».
Eso se iba a ver y eso se vio. Apareció durante noventa minutos, sin apagarse nunca, ese espíritu que es el que siempre se les quiere ver a los albos. Y de Talca se lo trajo todo, porque fue más guapo que técnico, más luchador que fino. Ese fue el terreno en que Rangers planteó las cosas. El cuadro de Porcel nada tenía que perder o ganar en el partido, enredado bajo la mitad de la tabla por una campaña irregular. Pero sí no eran puntos, había cosas más importantes en juego. Había una ciudad pendiente de lo que hicieran, una afición vociferante que se tornaría suspicaz ante cualquier desmayo. Ya estaba Colo Colo por delante que de por sí es bastante aliciente. Todo dentro del marco que proporcionaba un estadio desbordante. Más que suficiente para que Rangers entrara a jugarse con tanto o más interés que el muy interesado adversario. Por otro lado, los talquinos se sabían con armas indicadas como para hacer pasar un mal rato, y algo más, a un Colo Colo que ha estado todo el torneo tratando de afirmarse, consiguiéndolo sólo a veces. Precedidos, además, de una goleada «al paso» sobre Ferro, todo ayudó a mantener encendida la esperanza de un triunfo en los listados de Adolfo Rodríguez. Y todo ese ambiente de fiesta y de guerra encontró su clima propicio desde el primer momento del partido. Las cosas no se dieron en absoluto para el candidato a subcampeón. Recién a los cinco minutos estaba con un hombre afuera. Un golpe a la entrada del área envió a Valdés al borde del campo, con las costillas doloridas. Casi quince minutos estuvo ausente, para volver vendado y con los consiguientes problemas de movimiento y respiración. Ese cuarto de hora fue el de la verdad para Colo Colo. Porque era muy importante quedar en inferioridad numérica ante un rival que entró a jugar fuerte. Todo Rangers, desde el pitazo, se movió con un ritmo febril, luchando sin cuartel cada jugada, mordiendo en cada pelota disputada. Decididos a, no dejarse sorprender, el ajetreo ranguerino en medio campo fue intenso. Porcel siempre demasiado recio en cada intervención y Cortés estuvieron en todas. Proyectándose con codicia hacia adelante y bajando a defender como si en esa defensa les fuera la vida. Scandoli bajó mucho también según su característica a buscar la pelota, al paso que Lagos insinuaba, con menos suerte, ir a ese mismo juego de armar desde atrás. Sumado a ello una línea de zagueros que no perdonó a quien pretendiera entrar en el área a los diez minutos Díaz hizo penal a Beiruth sin que se marcara falta podía pensarse que las posibilidades albas eran demasiado escasas. Y pareció concretarse todo el temor cuando Lagos estuvo a punto de batir a Kuzmanic sobre los diecinueve minutos. Tiró el alero, dio el balón en un poste y luego en el pecho del arquero, yéndose al córner. Salvada providencial, milagrosa. Sin embargo, con todo en contra hasta el momento incluso un arbitraje temeroso al local, Coló Coló no había pasado más susto que ése. Porque a los bríos listados se había opuesto un temple similar. “Si Rangers luchó, Coló Coló luchó más”. En ausencia de Valdés, el subcampeón quedó con dos hombres al ataque, Moreno y Beiruth, que naturalmente podían hacer poco en esa función frente a una defensa despierta y dura. Zelada, que había entrado acompañando en medio campo, tuvo que redoblar sus esfuerzos, llegando a ratos a toparse con sus zagueros. Su esfuerzo, opaco pero notable, se aunó a los de Jiménez activo pero poco ordenado por las circunstancias y a los de Eladio estático pero fuerte en el quite— para impedir al sólido núcleo de medio campo ranguerino que se proyectara al ataque. La constante obstrucción de Zelada por la izquierda impidió que el juego se abriera con constancia hacia Osvaldo Rojas. Por el centro, Scandoli y Cortés no tuvieron nunca claridad para distribuir por la marcación sostenida y fuerte de Jiménez y Eladio. Soto vio morir sus intentos por el centro del ataque se vio poco el ariete y sólo Lagos tuvo un panorama relativamente claro para irse encima



Así concluyó el Campeonato de Futbol Chileno de 1966.
POSICION | CLUBES | PUNTOS |
1° | UNIVERSIDAD CATOLICA | 48 |
2° | COLO COLO | 44 |
3° | WANDERERS | 43 |
4° | UNIVERSIDAD DE CHILE | 42 |
11° | RANGERS DE TALCA | 30 |