HAY QUE ESCUCHARLO, COMPRENDERLO Y TRATARLO BIEN

Capítulo X

         En este último capítulo de nuestro Proyecto “Psicología del Deporte en el Adulto Mayor”, quedarán impresa una serie de recomendaciones relacionadas a cómo debemos tratar a los ancianos y ancianas que rodean nuestras vidas.

Todos de una forma u otra vamos hacia allá.

www.gigantedeportivo.cl quiere agradecer al Ministerio Secretaría General de Gobierno por intermedio del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social Regionales, Provinciales y Comunales Concurso 2018 que ha financiado este educativo proyecto y que hemos compartido con nuestros distinguidos lectores.

El adulto mayor requiere nuestros cuidados para saber comprenderlos y entender su aporte a la construcción de la sociedad y, en especial, a ser junto a ellos más felices.

 

         TRATARLOS COMO SE MERECEN

 

Más que seguro que en el pasado su papá o su mamá fue una persona activa cuidada con mucho cariño en el hogar.

Ahora es el turno para uno de hacerle más o menos lo mismo, por esa envejecida persona a quien se le ama.

Las personas de edad avanzada suelen sufrir de algún tipo de demencia, ya sea Alzheimer, senilidad u otros desgastes del cerebro de menores consecuencias.

Cada caso es diferente según su severidad, aunque la demencia senil complica el cuidado de personas en la edad avanzada, se debe considerar que otro inconveniente muy común es la pérdida de la movilidad.

¿Qué se puede hacer?

  1. El adulto mayor vivió toda una vida obedeciendo órdenes, leyes, reglamentos, responsabilidades, obligaciones de ciudadano o ciudadana, consejos del médico, restricciones económicas y quién sabe más, por tanto, es tiempo que pueda hacer lo que quiera sin mucho régimen social.
  2. Si lo que quiere hacer presenta un riesgo a la salud, se debe evaluar las consecuencias a corto plazo.
  3. Darle un placer de vez en cuando, aunque sea en contra del gusto o bien, órdenes de alguien, sobre todo en comidas y bebidas si no hay restricciones médicas.
  4. Buscar la forma de que sea él o ella quien tome la decisión final relacionada a sus limitaciones, por lo cual pasa a ser una forma de negociar.
  5. No dejar de respetar y admirar a los adultos mayores, tratarlos con dignidad y todo el respeto que merece. El anciano regularmente está consciente de ser adulto y aunque no lo admita, puede notar su decadencia física y mental.
  6. Medir las acciones y reacciones, por cuanto los ancianos se amargan cuando se les trata como niños. Ellos y ellas consideran el trato infantil como una falta de respeto. En la mayoría de los casos, siente frustración al no poder responder efectivamente contra la percibida falta de respeto.
  7. A ningún anciano le gusta debatir. Dice cosas y se acabó el asunto. Evitar reproches, críticas y regaños. Nunca se logrará cambiar su comportamiento.
  8. No obligarlo hacer cosas que no quiere. Se sienten dominados y les frustra no poder ejercer autoridad como antes. Dejar en la medida de lo posible que tomen sus propias decisiones.
  9. Vigilar las acciones del adulto mayor y durante los períodos de ausencia, proveerle de un ambiente en el cual no se haga daño. Las personas de edad avanzada a veces no quieren o no pueden reconocer sus limitaciones físicas y mentales. En muchos casos no tienen sus facultades para reconocer el peligro. Hay que ayudarle a desistir de estas actividades peligrosas, sin ofenderlo, faltarle el respeto o regañarlo como si fuera un niño. Menos humillarlo.
  10. No perder la paciencia. El comportamiento de ellos y ellas, es el resultado de envejecimiento avanzado y no se pondrá mejor.
  11. En algunos casos el razonamiento y la memoria comienzan a fallar antes de llegar a la edad avanzada. Los efectos de la insuficiencia cerebral son más agudos en unos que en otros y afectan no solo la memoria, sino también retrocede el comportamiento social de la persona.
  12. Es capaz de decir “palabrotas”.
  13. Practica violencia verbal o física.
  14. Repite la misma historia con extremada frecuencia.
  15. No puede sostener una conversación de un tópico actual, ya que su diálogo se concentra en el pasado que para él o ella, fue mejor.
  16. Dice “inocentes falsedades” como por ejemplo: “anoche dejaron la puerta abierta y tuve que levantarme a cerrarla” o bien, “ese árbol lo planté yo” o “el padre del Presidente estudió conmigo”.
  17. Simula estar sordo o es indiferente cuando no comprende el tópico de la conversación o no recuerda los datos que requiere aquella conversación.
  18. Irrumpe con un tópico inaplicable a la conversación en progreso.
  19. Descuida su higiene personal.
  20. Ya no demuestra buenos hábitos en la mesa.
  21. No puede controlar sus necesidades biológicas.
  22. Si siente ira por el comportamiento del anciano, quién esté a su lado debe alejarse por un rato hasta que se pase el disgusto. Se tiene que aprender a reconocer los propios límites y de ninguna forma causarle daño verbal o físico.
  23. Cuidar de sí mismo de la misma manera en que se cuida al anciano. La constante frustración puede causar daños físicos y emocionales que afectarán la calidad de vida de todas las personas en el hogar. Buscar ayuda de donde sea posible, tomando decisiones oportunas.
  24. Reunir a toda la familia. Juntos distribuir responsabilidades y quehaceres del hogar en forma equitativa y, en lo posible de total acuerdo.
  25. Mantener una buena comunicación entre todos los integrantes del grupo familiar.
  26. Alejarse del anciano por varios días un par de veces al año, no pensar que se es indispensable ni tratar de llegar a serlo.
  27. Distraerse y divertirse fuera del hogar como sea posible.
  28. Anotar datos significantes como estado de salud, visitas al médico, administración de medicamentos, cambios fisiológicos, dieta, cambios en el comportamiento, datos económicos u otros incidentes que afecten la salud, bienestar, finanzas y obligaciones legales.
  29. Tratar de llevarlo al mismo doctor mientras sea posible y prudente, ya que eso permite que el profesional no tenga que empezar desde cero cada vez y así se evitarán pruebas innecesarias que pueden incomodarlo.
  30. En algunos casos es razonable buscar una segunda opinión médica, pero no descartar el médico de familia, tan solo porque le gustó más la segunda opinión o que crea que es la más correcta y conveniente a sus propios intereses.

El adulto mayor requiere todo nuestro cariño y respeto, consideración y, en especial, escucharlo.

Siempre tendrá algo que decirnos.