El sacrificio juvenil de jugar con niebla y frío

Estadios vacíos, tablones húmedos, cancha pesada y resbaladiza, virus respiratorios circulantes, material particulado MP 10 producto de la contaminación atmosférica y niebla es el panorama que rodea los partidos oficiales del Torneo de Juveniles de la Asociación Villa San Agustín.
Un atentado contra la salud de estos jóvenes de programarlos en pleno invierno, con la crudeza que ello representa jugando en días de semana en horario nocturno, quedando expuestos a caer a la cama o bien, lesionarse de gravedad.
Está bien que se pretenda desde aquél organismo y clubes asociados, que los juveniles tengan una competencia más larga de lo que se venía realizando en la administración anterior, pero no se justifica que sea a costa de poner en riesgo la salud de ellos.
A los factores de riesgo que se exponen, se suman las alertas ambientales que, producto de los episodios críticos por contaminación atmosférica, prohíben realizar actividades físicas.
De hecho, varios partidos e incluso una fecha completa han tenido que suspenderse por aquella causal.
Ha comenzado el invierno y se sigue programando y jugando bajo estas adversas condiciones, sin que –pareciera-, que a nadie le importa más que sacar un torneo adelante para que se note actividad.
Para la 11° fecha del torneo, la implacable niebla que es tan típica en nuestra ciudad, cubrió todos los sectores de la Cancha José Fernández Llorens cuando ya jugaban las series juveniles de Unión Pacífico y Rangers Corporación Deportiva.
Fue tanto el manto blanco que cubrió el recinto, que el árbitro designado para ese partido y en una decisión altamente criteriosa, decidió suspender el tiempo restante.
Se había jugado el primer lapso en medio de un frío atroz.
En simultáneo, en el Estadio Gilberto Tapia Novoa, las series juveniles de Astaburuaga y Daniel Vargas intentaban aplacar la falta de visibilidad y la gélida noche de fútbol, corriendo para calentar los músculos y evadiendo la técnica que se atrofia cuando el frío no permite la pausa que siempre busca el jugador talentoso.
La niebla, en tanto, seguía cubriendo en especial, los costados de la cancha, por lo cual los esfuerzos de los jóvenes eran elogiables para responder a los requerimientos deportivos.
A muchos les gustará jugar bajo estas condiciones, sin embargo, no es justo ni merecido para quienes ingresan al campo de juego, ser sometidos a un verdadero karma que representa intentar “dar espectáculo” cuando la condición climática busca su espacio en el equilibrio de la vida.