GOLDEN STATE WARRIORS EN SU BRILLANTE TÍTULO NBA
Un rotundo 4 a 1 en finales de NBA coronaron nuevamente a Golden State Warriors campeones del torneo de básquetbol más apasionante del planeta.
La arrebataron así la corona a su tradicional adversario, los Clevelans Cavaliers que desde un principio de la serie se vieron sobrepasados en todo aspecto.
El hecho de que Warriors quedara tres a cero arriba fue un golpe anímico duro, por cuanto desde la teoría era un score casi irremontable, que sólo lo hizo más decoroso el descuento del 4° juego.
Sin embargo, a la hora de las definiciones, hubo brillantez.
El equipo de Oakland se impuso en justicia deportiva por 129 a 120 en un partido de mucha fricción y movimientos tácticos que resultaron fundamentales en esta victoria que les permitió lograr el ansiado título que el año pasado se lo dejaron en bandeja a los Cavs.
Factor diferencial fue el alero Kevin Durant.
Aprovechó cada descuido en defensa que le permitió Cavaliers para ir masacrando de forma paulatina a un rival que desde el comienzo de las finales se vio inseguro y descoordinado.
Al frente de Durant-gran refuerzo que llegó desde Oklahoma-, estuvo permanentemente el notable LeBron James quien terminó jugando prácticamente individual, en un esfuerzo casi inhumano para revertir lo que estaba ocurriendo.
Marcó 41 puntos.
Es que la inconsistencia como juego colectivo de los últimos campeones de NBA terminó por consumir las energías y ceder el Campeonato.
Era demasiado para los Clevelans Cavaliers.
El fuerte oponente exhibió variantes letales y una sucesión de sistemas tácticos que los amilanó hasta sacudirlo en propiedad 4 a 1.
Curry, Durant, Thompson, Iguodala y Green siempre estuvieron.
Nadie lo discute.
Golden State Warriors es el legítimo campeón de la NBA, el espectáculo mayor del básquetbol profesional que ha cumplido 61 intensas versiones y con un campeón brillante y demoledor.