
Historias Rojinegras:Artífices del vicecampeonato
Don Oscar Andrade Reveco, llego a Rangers en el año 1968 cuando se iniciaba la Segunda Rueda del Torneo de Promoción con la misión de salvar a Rangers del Descenso ante una magra campaña. Cumplió el objetivo y realizo el proceso que llamamos de transición en programas anteriores, pues cumplen su ciclo en Rangers grandes jugadores como Héctor Scandolli y Juan Cortés y el año anterior (1967) ya habían emigrado Juan Soto, Porcel de Peralta y José Lagos. Y logro conformar un equipo renovado y puso a Rangers en lo más alto de su historia, logro e impronta que no podemos olvidar.
Rangers estuvo dirigido por un hombre modesto y también poco conocido por la afición, pero dotado de indiscutible capacidad, conocedor de su oficio hasta los más mínimos detalles, en fin, un técnico que ve premiada su labor con frutos que están a la vista y con el reconocimiento de todos. ¿Quién es Oscar Andrade?
—Un hombre, un obrero del fútbol. Una persona que lamenta su destino, porque jamás le dio la posibilidad de trabajar en un equipo grande, con recursos económicos y donde comprar jugadores es más fácil que formarlos desde pequeños…, pero menos grato (así se define el técnico ranguerino).
—Usted tiene una larga trayectoria en el fútbol nacional, ¿por qué permanece en el anonimato?
—Ahora, con la sobresaliente campaña de Rangers es imposible mantenerse al margen del «show». Sin embargo, cuando fui ayudante de Luis Tirado en la selección nacional, en 1953, pude fácilmente escudarme en su sombra y saltar al primer plano. Sin embargo no lo hice, Andrade se inició como futbolista en 1935, en Talca. Luego íntegro una «Cuarta de Oro» del Santiago National y más tarde pasó al Bádminton. Ocupó siempre la plaza de medio zaguero y como tal fue llamado a la Selección Amateur de Valparaíso. Sus últimos partidos los jugó en el glorioso Lord Cochrane de Concepción.
—Una lesión a la rodilla me alejó de la práctica activa del fútbol. En aquel entonces, la operación a los meniscos no era pan de cada día, sino una intervención quirúrgica de riesgo y que solo se realizaba en casos extremadamente te graves. Su carrera de entrenador siempre se desarrolló junto a «quipos chicos». Entre sus grandes triunfos recuerda con especial énfasis cuando colocó al Rangers en Primera División, en 1953. Repitió la misma gracia con Unión Calera siete años más tarde.
Recién, después de treinta años en el fútbol, el nombre de Oscar Andrade ha saltado a la fama.